sábado, 16 de mayo de 2020

LA MISERIA HUMANA LIZANDRO MEZA




La Miseria Humana, una reflexión existencialista convertida en canción.

Por: Germán Peñaranda M.
Sociólogo. Especialista en Investigación Social. 




Canción La Miseria Humana.

Interprete: Lisandro Meza (voz/acordeón) y su conjunto.
Canción incluida en el álbum titulado El Burro Leñero, publicado por Discos Fuentes el 6 de septiembre de 1976.




Para un oyente desprevenido la canción La Miseria Humana, interpretada por el músico Caribe Lisandro Meza, no pasa de ser un sonsonete cuya duración sobrepasa los diez minutos. Mientras que para un oyente acusioso, puede resultar una canción sobrecogedora que contiene una profunda reflexión existencialista, que nos revela los prejuicios y las miserias de la condición humana. 

El primer contacto que tuvo el músico Lisandro Meza con la obra La Gran Miseria Humana, se produjo seis décadas después de haberla escrito el poeta soledeño* Gabriel Escorcia Grabini, a pesar de que circulaba desde hacía varias décadas en pequeños folletos, en algunas localidades del Caribe colombiano y también era declamada por algunos decimeros de esa región del litoral Caribe.

El acercamiento a la obra ocurrió una madrugada mientras dormía en su casa ubicada en Los Palmitos (Sucre), cuando lo despertó un decimero que declamaba a capela la  poesía por las calles del pueblo y acompañado de un grupo de amigos de parranda, decide sentarse en el andén de la casa del músico. 

A pesar del desconcierto que le generó despertarse de manera abrupta a esa hora de la madrugada, el músico concentró su atención en el tono quejumbroso con el que el popular decimero declamaba la poesía y la profundidad del mensaje. Un tiempo después, logra identificar al decimero con la ayuda de su compañera Luz Marina Quiroz, quien se orientó por el tono de la voz del declamador y no tuvo dificultad para establecer la identidad del célebre personaje, quien era conocido en el pueblo, con el sobrenombre de Chichiolo.

Después del contacto casual con la poesía La Gran Miseria Humana, Lisandro Meza espera que amanezca para contactar a Chichiolo, con el fin de conocer más detalles sobre la poesía. Luego de analizar el trascendental mensaje, resuelve musicalizarla en ritmo de Son Cubano, género musical de gran arraigo popular entre las viejas generaciones de la cuenca del Caribe y gran parte del continente mestizo americano. Posteriormente, graba la poesía musicalizada con el nombre La Miseria Humana y la incluye en el álbum titulado El Burro Leñero, grabado en el sello discográfico Fuentes y publicado el 1ro de septiembre de 1976**.

El músico Lizandro Mesa empleando el formato instrumental de un conjunto de acordeón -en el que se desenvuelve con comodidad- reemplaza las cuerdas características del Son Cubano por el acordeón diatónico y el bajo electrónico, la caja hace el papel de los bongoes (y es respaldada por las congas), la guacharaca de maracas y el cencerro acompañante, de clave. 

De la sobria interpretación musical de la canción La Miseria Humana, en ritmo de Son Cubano, se destaca la exclusión de animaciones (Ay hombe, que sentimiento, entre otras) y los saludos característicos en la Música de Acordeón del Caribe, buscando ajustarse en lo posible, al profundo mensaje que transmite Gabriel Escorcia Gravini, en su centenaria poesía escrita en décimas. 

Al grabar esta canción, el músico se solidariza con el mensaje que el poeta buscaba hacer público seis décadas atrás, para aliviar la pena que le causó el desprecio de la mujer que amaba, desde su triste condición de enfermo terminal de lepra y confinado en una habitación en el patio de su casa.
 
Esta dolorosa experiencia lo lleva a frecuentar el cementerio del pueblo a altas horas de la noche, para visitar la tumba de la mujer que en vida lo despreció y hacer una instrospección filósofica en la que devela lo inexorable de la condición humana, y así elaborar esta poesía con su extraordinario mensaje atemporal. 

La musicalización de La Gran Miseria Humana es un acontecimiento sin precedentes en la historia de la música de acordeón del Caribe, y hasta donde se conoce, el músico sabanero Lizandro Mesa, tiene el mérito de ser el primero y hasta ahora el único, en lanzarse a la aventura de explorar ese camino inédito, en su momento. Su mayor logro está en haber musicalizado una poesía escrita en décimas, con un mensaje trascendental que toca zonas muy íntimas de la condición humana. 

En el momento en que Lizandro Meza grabó La Miseria Humana, era impensable que los diez minutos de duración de la canción, se convertirían en un factor determinante de su difusión inicial en las estaciones de radio del Caribe, y el músico señala en una entrevista al periodista Ernesto McClausland, la curiosa razón por la cual la canción alcanzó una inesperada difusión masiva: "era el disco que los controladores de radio hacían sonar cuando necesitaban tiempo para hablar con la novia por teléfono" ***. 

Tanto para las personas que conocían de la existencia de la poesía La Gran Miseria Humana, como para las que apenas llegaban a conocer la obra a través de la canción, el extraordinario mensaje musicalizado terminó formando parte de lo que se oía y bailaba en las celebraciones sociales de la época, en gran parte del Caribe colombiano. Como lo sostiene Ernesto McClausland en su crónica La Gran Miseria Humana: "El funebre canto ingresó... a las parrandas y en los bailes de carnaval (de 1977), donde las parejas disfrutaban apretadas los diez minutos de ritmo cadencioso... (con las) estrofas necrológicas"***, quizás como una manera de tener como fin último de la vida, el disfrute inaplazable del eterno ahora... 


*Gentilicio de los nacidos en el municipio de Soledad (Atlántico).

**Información suministrada por el coleccionista Wilfredo Rosales, amplio conocedor de la discografía de la Música de Acordeón del Caribe.

***McCausland, Ernesto. La Gran Miseria Humana. Revista Arcadia. Diciembre 18 de 2012.









sábado, 4 de abril de 2020

ISAAC CARRILLO "TIJITO"




Por: Germán Peñaranda M.
Sociólogo. Especialista en Investigación Social. 





Canción Las Mujeres.
Autor: Isaac Carrillo "tijito"
Segunda versióninterpretada por el conjunto de Emilio Oviedo (acordeón) y "Beto" Zabaleta (voz).
Álbum Lo Máximo, publicado el 14 de abril de 1978 *. 
La primera versión la grabó  Alfredo Gutierrez en el año 1971*. 




Isaac Carrillo "Tijito"
Imagen extraida del video: Tijito ft Hnos Carrillo-El Monarca, publicado en Youtube, el 1 de diciembre de 2014.
https://www.youtube.com/watch?v=r7ZDapVN2dM


Isaac Carrillo Vega, también conocido como "tijito", es un cantautor de origen guajiro, nació en San Juan del Cesar (Guajira) el 3 de junio de 1937. Su padre Víctor Carrillo Pinto ejecutaba el redoblante y su madre Ana Vega Brito, descendía de una familia de decimeros por el lado paterno. Su nombre se volvió popular en el Caribe colombiano cuando Alfredo Gutiérrez grabó en 1968, su composición más conocida: La Cañaguatera.

Isaac no realizó estudios primarios por las precarias condiciones económicas de sus padres. Sin embargo, aprendió a leer  y escribir gracias a la solidaridad de dos amigas de la familia; con Aura Vega aprendió a leer y con Lucy Ariza a escribir. Este aprendizaje básico le permitió abrirse paso en la vida, dedicarse a la lectura y ser autodidacta.

En Isaac Carrillo confluyen dos particularidades, tiene el nombre de un personaje biblico y en su juventud practicó el protestantismo, lo cual le permitió tener conocimiento de los personajes bíblicos más resonados o de fácil recordación para el común de los mortales, como el sabio Salomón, Dalila y Sansón, entre otros.

En distintas etapas de su vida enfrentó algunas decepciones amorosas que le sirvieron como fuente de inspiración de algunas de sus canciones más reconocidas, entre otras La Cañaguatera y Las Mujeres.

En el caso de la canción Las Mujeres, la dedicó a una prima con quien sostuvo una romance que terminó por iniciativa propia. En una entrevista concedida por Isaac Carrillo al investigador Julio Oñate Martínez, define a la protagonista del canto, como: "...una mujer amorera... (que) siempre mantenía tres o cuatro pendejos dándoles caramelo y del bueno, a todos los ilusionaba con falsas esperanzas, ni yo me escapé teniendo la cancha que tenía en cosas de amores, una mujer así es el mismo demonio" **.

El desamor lo llevó a desahogarse componiéndole una canción a manera de sátira a su exnovia y empleando una generalización, la tituló Las Mujeres.

Más allá del ingrediente machista que tiene la diatriba, Isaac Carrillo se apoya en la visión religiosa que plantea el eterno enfrentamiento entre el bien y el mal, la Gloria  y el averno (infierno). Desde la seguridad que le da la fé, el compositor se apoya en algunos personajes bíblicos y en el escritor colombiano Vargas Vila, para lanzar algunos dardos a la causante de su desventura.


A pesar de que la historia de los personajes biblicos encajan en el mensaje que el autor quería enviar, cuando se analiza la vida de San Antonio, se encuentra que este personaje queda suelto en el argumento. Sin embargo, en una entrevista realizada por la periodista Lina Marcela Castelar Amaya a Isaac, publicada en Youtube el 18 de febrero de 2019, con el título: La picardìa del Juglar Isaac "Tijito" Carrillo, el autor revela el origen del verso en el que menciona a San Antonio y lo basa en unos versos que, a los ocho años de edad, le cantó su abuela materna Nicasia Vega y que le sirvieron como fuente de inspiración: 

Las mujeres son el diablo
prima hermana del demonio
con una tijera mocha 
pelaron a San Antonio.

Lo más probable es que la estrofa que le cantó la abuela a Isaac Carrillo en 1945, corresponda a un verso del cancionero anónimo que circuló entre algunas generaciones  de la primera mitad del siglo XX, en el Caribe colombiano.

Una particularidad de esta grabación realizada por Emilio Oviedo y Beto Zabaleta (1978), es que la primera estrofa está conformada por 6 versos, mientras que las estrofas 2 y 3 están construidas en forma de décimas, lo cual no es muy común en la canción Caribe.

De otro lado, el autor de la sátira Las Mujeres, consecuente con la línea que viene desarrollando a lo largo de la canción, decide terminarla como corresponde en el universo religioso, con el triunfo del bien sobre el mal:

Y yo te voy a mirar desde la Gloria de Dios,
sintiendo el fuego candente de las llamas del infierno...




Carátula del libro Héroes Ocultos del Vallento del invertigador Julio Oñate Martìnez.




Contracáratula del libro Héroes Ocultos del Vallenato.




*Fecha suministrada por el investigador Wilfredo Rosales O. "La biblia del vallenato". 
**Oñate Martínez, Julio. Héroes Ocultos del Vallenato. Año 2013. Pag. 62






















viernes, 5 de abril de 2019

SOMBRA PERDIDA, INTERPRETADA POR NATALIA BEDOYA.

Por: Germán Peñaranda M.
Sociólogo. Especialista en Investigación Social. 




Versión original de la canción Sombra Perdida, de la poetiza caribe Rita Fernández Padilla. Grabada por el Binomio de Oro e incluida en el álbum De Caché, publicado en 1980.


La cantante Natalia Bedoya interpreta la canción Sombra Perdida, después de fusionarla con Jazz y Blues. En esta versión se aprecia el aporte criollo en la percusión: el tambor llamador.

  

Versión instrumental de la canción Sombra Perdida, realizada en guitarra acústica por el guitarrista y acordeonero caribe Tito Romero (Jr.).
En el documental publicado en Youtube, titulado Vallenato, del Valle de Upar para el Mundo, auspiciado por el Ministerio de Cultura de Colombia, la cantante Natalia Bedoya expone su proyecto de elegir una canción del género musical vallenato para someterla a una fusión con otras formas sonoras originarias del norte del continente Americano.

La etapa inicial del proyecto contempla un trabajo de campo para obtener información de primera mano, a través de entrevistas a un variado grupo de músicos y compositores en una subregión del Caribe. La recolección directa de la información le permitirá a la cantante Natalia Bedoya: ...tener un encuentro cercano con diferentes detalles y sonidos... para luego... hacer un experimento, partiendo del vallenato, yendo hacia el Son y ...el Blues. 

En el desarrollo del proyecto y ya en el terreno, se entrevista con algunos músicos de la región del Valle de Upar -en el Caribe Colombiano- y les insiste con la misma pregunta: ¿Puede el vallenato mezclarse con instrumentos distintos a los que se consideran típicos (acordeón, caja y guacharaca)? 

El compositor Tomás Darío Gutiérrez respondió de la siguente manera: "...después que la forma musical tenga su estructura rítmica, melódica y cantoril... tú lo puedes interpretar con lo que quieras, que es la misma música". El músico Rosendo Romero respondió: "...la música... es un movimiento continuo, no puede quedarse estática porque deja de ser música". La cantante Bedoya, le insiste a Rosendo Romero: ¿Cuáles son esos caminos que hay que saber andar... en el vallenato para no violentar su esencia? y la respuesta del compositor fue consisa: "Respetar las matrices".

Con estos elementos, la cantante continuó su recorrido por la región del Valle de Upar para seguir escuchando distintas canciones interpretadas por sus propios autores.

Después de un largo recorrido, finalmente se ve atraída por la canción Sombra Perdida de la autoría de la poetiza Rita Fernández. Probablemente le atrajo, además de la composición y la cadencia de la melodía, el hecho social en el interior de la música vallenata, reconocido por el compositor Gustavo Gutiérrez y es que en éste género musical, prevalece el aporte masculino de los compositores e interpretes y es escaso el aporte femenino.

En el experimento musical de Natalia Bedoya, se escogió la canción Sombra Perdida compuesta en ritmo de paseo, por una mujer que tiene una larga trayectoria en la composición de canciones de diferentes géneros musicales y en el que el tema escogido, pertenece al cancionero romántico de éste género musical.

La versión original de esta canción, la grabó la agrupación musical Binomio de Oro en el álbum titulado De Caché en 1980. Uno de los músicos que participó en la grabación de esta canción, fue el bajista y guitarrista José Vásquez (Quevas), quien afirma que pese a que en esa época se empezaba a incluir la guitarra acompañante en los conjuntos, en este caso tocó un bajo aguitarrado para acompañar el sonido del grupo.

Aún cuando en la contracarátula del álbum De Caché que incluía la canción Sombra Perdida, no aparece el crédito al coro de Rita Fernández, el coleccionista y amplio conocedor de la historia de la discografía vallenata, Wilfredo Rosales, afirma que: "... es claro que la voz femenina que participa en el coro de la canción en cuestión, es la de Rita porque en la época en que la agrupación Binomio de Oro grababa este álbum en la disquera Codiscos de Medellín, Rita y su primo Alberto Fernández, también se encontraba en la misma ciudad grabando un larga duración para el sello discográfico Folclor, al cual titularon Riqueza Vallenata".

Por un lado, el álbum De Caché grabado por el Binomio de Oro, se publicó el 17 de abril de 1980, mientras que el de Rita y el vocalista Alberto Fernández, Riqueza Vallenata fue publicado el 16 de junio de 1980 *. Como se aprecia, la diferencia en la publicación de los álbumes es de solo dos meses, lo cual demuestra que ambos grupos musicales permanecieron en Medellín en la misma época.


En conclusión, cuando la cantante Natalia Bedoya escoge la canción de Rita Fernández, para fusionarla con los sonidos del Jazz y el Blues, tal vez sin prononérselo, termina reconociendo explícitamente el  aporte femenino en la música vallenata, con lo cual sienta un gran precedente.



Rita Fernández y Natalia Bedoya.

Imagen extraida del video: Vallenato, del Valle de Upar para el mundo. En la imagen se observa a la cantante Natalia Bedoya fascinada viendo a Rita Fernández Padilla, interpretar la canción de su autoría Sombra Perdida, acompañada del teclado.



  
*Fechas sumistradas por Wilfredo Rosales.

Material de apoyo: 
Video: Vallenato, del Valle de Upar para el mundo, pubicado en Youtube, el 9 de noviembre de 1916. 
Entrevista al músico José Vásquez. Abril 5 de 2019.
Entrevista al coleccionista Wilfredo Rosales.


domingo, 17 de febrero de 2019

ALI PRIMERA Y DANIEL CELEDON: UN ENCUENTRO FALLIDO


Por: Germán Peñaranda M.
Sociólogo. Especialista en Investigación Social. 





Canción La Próxima Guerra
Saludo al músico venezolano Alí Primera, minuto 1:33 
Daniel Celedón (voz) y Chiche Maestre (acordeón)
Cantante invitado: Abel Antonio Villa 
Autor: Daniel Celedón Orsini
Álbum Apoyándonos Mutuamente (1985).

Después de la separación de la agrupación musical colombiana conformada por el cantautor Daniel Celedón y el acordeonero Ismael Rudas (El Doble Poder), a mediados de la década de los ochenta, el cantautor de origen guajiro, forma una nueva agrupación con su coterraneo Gabriel El Chiche Maestre. Una vez establecida la nueva agrupación se vinculan al sello discográfico Diskarime.

La vinculación a la compañía contemplaba la promoción y distribución de la futura producción discográfica también en Venezuela, lo cual abría la posibilidad de que la agrupación hiciera presentaciones en vivo en ese país.

Establecidos los acuerdos comerciales con la nueva disquera, publicaron el trabajo titulado Apoyándonos Mutuamente. En la grabación del nuevo álbum participa un selecto grupo de músicos que con frecuencia se alternaban en las grabaciones que realizaban los conjuntos de Diomedes Díaz y Jorge Oñate. Entre ellos se encuentran los coristas Julio Morillo y Alvaro Molina (Chamorrito), el bajista y guitarrista José Vásquez (Quevaz) y el cajero Rodolfo Castilla. 

En ese álbum se incluyó la canción La Próxima Guerra de la autoría de Daniel Celedón, en la que el cantante aprovechando la distribución colombo-venezolana que tendría el nuevo larga duración, decidió incluir un saludo a su colega venezolano Alí Primera, a quien admira y solo conoce a través de su música, pero con quien comparte una estrecha sensibilidad por la manera como abordan la desigualdad social en sus canciones.

Lo anterior se puede constatar en las canciones Techos de Cartón de la autoría de Alí Primera, canción conocida en Colombia en 1973, interpretada por el grupo venezolano Guaraguao, y la canción Aquellos Niños*, compuesta y grabada por el cantante Daniel Celedón, junto al acordeonero Ismael Rudas e incluida en el álbum Amigo Mío en 1976. En ambas canciones se observa como sus respectivos autores, quienes también comparten haber nacido en la nación Caribe, tratan de manera poética el fenómeno social que genera la niñez desamparada en países que conforman el continente americano.

Estrofa de la canción Techos de Cartón de la autoría de Alí Primera:

"Niños color de mi tierra
con sus mismas cicatrices 
millonarios de lombrices
y por eso:
que triste viven los niños
en las casas de cartón."

Estrofa de la canción Aquellos Niños de la autoría de Daniel Celedón:


"Todo les da igual, sin saber por qué
porque crece más su barriguita lombricienta
pelo sin peinar, descalzos sus pies
su camisita que está tan rota y mal olienta." 

Para crear la canción Techos de Cartón, Alí Primera se inspiró en la miseria que rodea a los obreros que viven en los cerros de Caracas, la cual se hace extensiva a los niños ubicados en esos asentamientos marginales. Mientras que Daniel Celedón en la canción Aquellos Niños, le canta a la niñez desamparada, tomando como referencia a la pequeña ciudad de Valledupar de la década de los setenta.

De otro lado, las razones que motivaron el saludo enviado desde Colombia por el cantante Daniel Celedón al músico venezolano, está asociado a la posibilidad de que el conjunto lograra hacer presentaciones en Venezuela, y de esa manera, aprovechar la oportunidad para conocer a su colega Alí Primera, músico proscrito en los círculos del poder de su país, por el contenido de algunas de sus canciones. La mención en la canción con el profundo mensaje social, era una demostración de afecto y admiración, y que se convertiría en el preámbulo del futuro encuentro. Sin embargo, el esperado encuentro nunca se produjo porque se interpuso la fatalidad entre los dos cantautores.

El hecho trágico que impidió que Alí Primera escuchara el saludo que le envió Celedón desde Colombia, tiene que ver con la fecha de publicación del larga duración Apoyándonos Mutuamente, en el que está incluida la canción con el saludo. A mediados del año 1985, cuando la disquera hace el lanzamiento del álbum, ya el destinatario del saludo había fallecido. 

La trágica muerte de Alí ocurrió una madrugada del 16 de febrero de ese mismo año, en un accidente automovilístico en Caracas, después de salir de un estudio en el que realizaba la grabación de las canciones que conformarían su nuevo álbum. Para mayor desconsuelo de sus seguidores, no alcanzó a grabar su voz para el que pudo ser el último aporte de su extensa discografía. 

El fallido encuentro entre estos dos músicos, es una lamentable limitación para la historia de la música del Caribe, ya que este capítulo del arte popular, no se alcanzó a desarrollar porque se interpuso la tragedia entre estos dos grandes representantes, de lo que se conoció en aquella época entre los sectores académicos e intelectuales en Ámerica Mestiza, como la Nueva Canción Latinoamericana.

En el año 1989, cuatro años después de la muerte de Alí Primera, quien alcanzó a escuchar el saludo en la canción La Próxima Guerra, fue su viuda Sol Musset. Después de conocernos en un auditorio en la Universidad Central de Venezuela en Caracas, acordamos reunirnos en su apartamento para hacerle entrega del álbum Apoyándonos Mutuamente, producido y distribuido en Venezuela por Combo Records. Cuando Sol tuvo la oportunidad de escuchar el fraternal saludo, no pudo contener las lágrimas y conmovida, solo se limitó a decir: “Alí no alcanzó a escuchar ese saludo...



Carátula del álbum Apoyándonos Mutuamente, Daniel Celedón y Chiche Maestre -en formato de casete-, publicado en Venezuela por Combo Records bajo licencia de la disquera Diskarime.


*La canción Aquellos Niños, interpretada por el conjunto de Daniel Celedón e Ismael Rudas, se puede escuchar en el siguiente enlace: 



  
























jueves, 22 de noviembre de 2018

PÁJAROS DE VERANO Y LA BONANZA MARIMBERA






Presentación del músico Alfredo Gutierrez y su conjunto en la telenovela La Mala Hora, del periodista Juan Gossain, amenizando una parranda al cacique Miranda, protagonista de la telenovela y quien representa a un traficante de marihuana.






Los músicos guajiros Héctor Zuleta y Adanies Diaz, interpretan la canción La Socolita, de la autoría del compositor guajiro Romualdo Brito.







Aprovechando las cercanías musicales presentes en el caribe, el cantante puertoriqueño Daniel Santos interpreta en ritmo de charanga: El Marimbero. 






Con la reciente realización de la película Pájaros de Verano, de los productores Cristina Gallego y Ciro Guerra, y cuyo eje central es mostrar el surgimiento y el auge de la bonanza marimbera en la década de los setenta en el departamento de la Guajira, se revive un viejo capítulo de ingrata recordación en la historia de gran parte del caribe colombiano, por la destrucción directa o indirtecta que dejó a su paso en muchas familias de la región.

La magnitud de los alcances de la bonanza marimbera*, de la que se beneficiaron económicamente además de  los wuayúu, muchas familias mestizas, terminó por trastocar distintos aspectos de la vida cotidiana en la región. Algunos de ellos como la música vallenata, la economía, la convivencia y seguridad de algunos sectores de pueblos y ciudades como resultado de los tiroteos que dejaban las venganzas e intolerancia de los traficantes.

De los enfrentamientos entre traficantes, el más renombrado fue el de dos familias mestizas, cuyos miembros se enfrentaban a tiros en cualquier lugar donde coincidieran y que los llevó a casi aniquilarse totalmente. Lo anterior, no alcanzó a ocurrir, porque en medio de la guerra, los miembros de las dos familiar enfrentadas, respetaron hasta donde las circunstancias lo permitieron, unos códigos tácitos heredados de la etnia ancestral wuayúu: excluir a los niños y a las mujeres de la vendetta. 

En gran parte de la discografía grabada por los conjuntos vallenatos más escuchados en la mitad de la década de los setenta y los ochenta, quedó plasmada la presencia de la bonanza marimbera, traducida en saludos y canciones dedicadas a los protagonistas del negocio con más poder. 

La situación llegó al extremo que una disquera extranjera con sede en Colombia que disponía de un amplio archivo musical vallenato, publicó un álbum de edición limitada, por solicitud de un poderoso personaje. En ese álbum, se compilaron las canciones que más le gustaban a él y lo distribuyó de manera gratuita en su zona de influencia, entre amigos y admiradores. 


En pleno auge de la bonanza marimbera algunos traficantes, además de lograr saludos y menciones en las canciones que grabaron conjuntos de gran prestigio, a cambio de una gran retribución económica, tienen una figuración dudosa como autores de canciones de corte romántico, publicadas por las disqueras.

Comenzando la década de los ochenta, el cantante Romualdo Brito, grabó acompañado del conjunto de los hermanos Meriño, el tema de su autoría, denominado El Marimbero, el cual alcanza una limitada difusión regional. Sin embargo, el cantante puertorriqueño Daniel Santos, aprovechando las cercanías musicales presentes en el caribe, deja como testimonio sonoro la grabación en ritmo de charanga, de la canción El Marimbero, trasladando la temática de la canción del ámbito regional al ámbito internacional, con lo cual se hace más visible la presencia del fenómeno social de la bonanza marimbera en la música.

Empezando la década de los ochenta los músicos de origen guajiro, Héctor Zuleta y Adanies Diaz, también dejaron como testimonio sonoro de la bonanza, la grabación titulada La Socolita. Una canción compuesta en tono de burla por el músico Romualdo Brito, en la que describe la situación económica precaria de un campesino, que aspira a resolver su situación haciendo un cultivo, el cual no menciona. La utilidad que le dejará la cosecha es tan jugosa, que le permitirá comprar carro nuevo para complacer a su compañera, quien se queja por tener que transportarse en burro. Mientras ella estrena carro y se viste con ropa nueva, el burro liberado de sus responsabilidades, engorda en el potrero muerto de risa... 

El fenómeno social que desató la bonanza marimbera quedó documentado también en dos libros: uno titulado La Noche de las Luciernagas (Libro-reportaje 1.980), escrito por el periodista barranquillero José Cervantes Ángulo y otro libro titulado La Mala Hierba (1.981) escrito por el periodista Juan Gossaín. Este último libro llevado en formato de telenovela a la televisión colombiana en la primera mitad de la década de los ochenta y en la que interviene el músico Alfredo Gutiérrez, amenizando una parranda del cacique Miranda, protagonista de la telenovela.

A raíz de los extremos y excesos protagonizados por la clase social emergente, incubada en al economía ilegal del tráfico de marihuana en la Guajira y que después se extiende a otras regiones del litoral, surge en ciertos círculos sociales de algunas de las ciudades del Caribe, en una región conformada esencialmente por grupos humanos multiétnicos, un hechos social curioso: la estigmatización generalizada del pueblo guajiro.




Contraportada novela La Mala Hierba de Juan Gossain.



Contraportada libro-reportaje La Noche de las Luciernagas de José Cervantes Ángulo. 


* Concepto con el que se conoce el tráfico de marihuana en el caribe colombiano.






sábado, 10 de marzo de 2018

TANTOS DESEOS DE ELLA, JULIO MORILLO / ITALO TODARO



Por: Germán Peñaranda M.
Sociólogo. Especialista en Investigación Social. 







CANCIÓN TANTOS DESEOS DE ELLA,
balada con la que los coristas Julio Morillo (izquierda) e Italo Todaro (derecha), demuestran su versatilidad para interpretar géneros musicales distintos a los que se han dado a conocer en Colombia. 






TANTOS DESEOS DE ELLA,
Versión original en español interpretada por el grupo italiano I Pooh en 1.972.




Quienes conocen la trayectoria  musical de Julio Morillo coinciden al afirmar que la etapa más prolífica del reconocido corista, es la comprendida entre las décadas de los setenta y los ochentas, del siglo pasado.

Al terminar este período, el experimentado corista se retira de las presentaciones en vivo y de los estudios de grabación, en los que alternaba haciendo segunda voz, entre otros, en los conjuntos de Diomedes Díaz y Jorge Oñate. Luego se dedica a dirigir grabaciones y a hacer algunas apariciones esporádicas, como solista en algunos álbumes, lo cual ya había logrado a principios de los años ochenta en la disquera CBS, junto al acordeonero de origen guajiro, Egidio Cuadrado, actual compañero del cantante Carlos Vives en el grupo musical La Provincia.

En la etapa más reciente, el reconocido corista aparece en la red en dos videos junto a su colega Italo Todaro, interpretando las canciones clásicas, Frente a Mí y Nació mi Poesía. En las versiones originales de éstas dos canciones acompañó en el canto a los solistas Diomedes Diaz (1.977) y Jorge Oñate (1.981), respectivamente. Ambas canciones fueron grabadas originalmente en la disquera multinacional CBS y es fácil identificar el respaldo de la segunda voz del destacado corista por su notable color de voz y la manera como juega con la melodía.

En otro video casero publicado en la red, aparece Julio Morillo acompañado nuevamente del corista Italo Todaro, interpretando la balada Tantos Deseos de Ella, canción grabada en español por el grupo italiano I Pooh a principios de la década de los setenta. En esta canción, que le resulta familiar al público amante de las baladas, pero no tan familiar al público amante de la música vallenata, el veterano corista pone al alcance del público universal, su versatilidad en el canto para interpretar géneros musicales distintos a los que se dio a conocer en su extensa trayectoria musical en este rincón del planeta.






miércoles, 18 de mayo de 2016

Alfredo De La Fe / Wilber Mendoza: Fusión Caribe


Por: Germán Peñaranda M.
Sociólogo. Especialista en Investigación Social. 



Homenaje al gozo espiritual que produce la improvisación musical, una de las grandes fortalezas de la música popular.


A la memoria del sociólogo caribe Adolfo González Henríquez. 

La improvisación en el ámbito musical es una de las expresiones más sublimes de la creación de la especie humana que nos da la posibilidad de poner a nuestro alcance dimensiones del universo inimaginables.

Resulta gratificante la complicidad magistral de estos dos músicos que después de sobreponerse de una profunda crisis generada por el consumo de drogas, cada uno en distintas etapas de su vida, de manera espontánea se lanzan a la aventura de la improvisación musical.


Observese como el violinista Alfredo de la Fe improvisa con el acordeonero Wilber Mendoza Zuleta* y decide hacer una pausa para acercarse al cajero y conformar otro extraordinario equipo entre el violín, instrumento de cuerdas de origen europeo y la caja (tambor), instrumento de percusión de origen africano.

La complicidad sonora entre el violín salsero de Alfredo de la Fe, el acordeón diatónico de Wilber Mendoza Zuleta y el resto del conjunto, confirma la afirmación del musicólogo Neozelandés Christopher Small:


"... el encuentro entre la música europea y la africana ha sido uno de los intercambios más fecundos en toda la historia de la música... (al referirse) no solamente a las bien conocidas formas de blues y el jazz, sino a la cultura de la música afro-americana en su totalidad, tal como hoy existe en toda la extensión del continente americano y el caribe." **

* Hijo del fallecido acordeonero "Colacho" Mendoza.
** Small Christopher. Música, Sociedad y Educación. Madrid:    Alianza Editorial.1980. p.56